miércoles, 19 de octubre de 2011

PLATÓN. TEMA: LA TEORÍA DE LAS IDEAS

TEORIA DE LAS IDEAS






Teoría de las ideas.

La teoría de las Ideas representa el núcleo de la filosofía platónica. No se encuentra formulada como tal en ninguna de sus obras, sino tratada, desde diferentes aspectos, en varias de sus obras de madurez como "La República", "Fedón" y "Fedro".

Platón distingue dos modos de realidad, una, a la que llama inteligible,  y que tiene las características de ser eterna, ingenerada e indestructible por lo tanto, inmaterial, ajena al cambio, y que constituye el modelo de la otra realidad, la sensible, constituida por lo que llamamos cosas, y que tiene las características de ser materiales, múltiples, corruptibles, sometidas al cambio, a la generación y a la corrupción, y que no es más que una copia de la realidad inteligible. La teoría implica una duplicación ontológica.

La primera forma de realidad, constituida por las Ideas, representaría el verdadero ser, mientras que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o "cosas", hallándose en un constante cambio, nunca podrá decirse de ellas que verdaderamente son. El mundo sensible no se puede ser reducido a una mera ilusión. Aunque su grado de realidad no pueda compararse al de las Ideas no puede ser asimilado simplemente a la nada.

Sólo la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento, mientras que la realidad sensible, las cosas, sólo son susceptibles de opinión. Las Ideas platónicas no son conceptos, sino objetos a los que se refieren los contenidos mentales. Esos objetos existen independientemente de que sean o no pensados.

Platón explica el conocimiento por la reminiscencia. Conocer es recordar. La percepción de las cosas sensibles no nos permite captar las Ideas. Las Ideas solo pueden ser conocidas por contemplación directa en el Mundo inteligible. El alma humana ha morado en este Mundo y ha podido contemplar allí las Ideas, pero las ha olvidado. Recuperar este conocimiento es un proceso largo que empieza al contemplar la belleza de este mundo, pero sólo las matemáticas y la dialéctica permiten conocer las Ideas.
Las Ideas son únicas, eternas e inmutables y, al igual que el ser de Parménides, no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales.
Platón explica la relación entre las Ideas y las cosas como imitación o como participación. En los diálogos de vejez, especialmente en los llamados diálogos críticos y, entre ellos, en el "Parménides", Platón revisa la teoría de las Ideas.

Tres son al menos las intenciones de esta teoría:

-Intención ética: Platón siguiendo a Sócrates quiere fundar la virtud en el saber. Para ser justo es necesario conocer qué es la justicia. Frente al relativismo moral de los sofistas, Platón reclama la existencia de una Idea eterna e inmutable de justicia o de cualquier otra virtud.

-Intención política: Las tres partes del alma, racional, irascible y apetitiva, se corresponden con las clases sociales de la polis: los filósofos, que gobiernan; los guerreros, que defienden a la sociedad, y los artesanos, que trabajan. Igual que el alma individual debe guiarse por la razón, el cuerpo social debe dejarse guiar por aquellos en quienes prima la razón, los filósofos. Cuando cada uno de estos estamentos realiza la tarea que le corresponde, se alcanza la justicia, que es la culminación de las demás virtudes. Cada parte desempeña su papel separadamente, pero buscando el interés común. Así se evitará la decadencia de la sociedad.

-Intención científica: Platón admite, con Protágoras, que el conocimiento sensible es relativo; pero no admite que sea la única forma de conocimiento. Cree, por el contrario, con Parménides, que hay otra forma de conocimiento propia de la razón, y que se dirige a un objeto distinto del objeto que nos presenta la sensibilidad: las Ideas. El verdadero conocimiento debe ser universal y necesario, ha de versar sobre el ser, no sobre el devenir, y no puede estar sometido a error, ha de ser infalible. La ciencia sólo puede versar sobre objetos estables y permanentes.  El conocimiento sensible, pues, no puede ser el verdadero conocimiento ya que no cumple ninguna de esas características.

Platón distingue cuatro grados de conocimiento. El conocimiento del mundo sensible sólo proporciona opinión, Platón distingue la imaginación y la creencia. El conocimiento del mundo inteligible proporciona ciencia, la matemática y la dialéctica son las ciencias fundamentales.
Las matemáticas nos ayudan a pasar del conocimiento sensible al inteligible. Usan representaciones de las Ideas, por ejemplo el dibujo de un triángulo, pero piensan en la Idea de triángulo, en el triángulo perfecto.
Con la dialéctica ascendente podemos llegar a conocer la Idea de Bien, usando solamente las Ideas llegamos al principio de todo. La Idea de Bien es la causa del ser y el conocimiento en el mundo de las Ideas, y en el mundo sensible es la causa del Sol y de la luz.
Además existe una dialéctica descendente que permite conocer la jerarquía y relaciones entre las Ideas. La Idea de Bien es la idea suprema, tal como nos lo presenta Platón en la "República", aunque en otros diálogos ocuparán su lugar lo Uno, (en el "Parménides"), la Belleza, (en el "Banquete"), o el Ser, (en el "Sofista"), que representan el máximo grado de realidad, siendo la causa de todo lo que existe. A continuación vendrían las Ideas de los objetos éticos y estéticos, seguida de las Ideas de los objetos matemáticos y finalmente de las Ideas de las cosas. Platón intenta también establecer una cierta comunicación entre las Ideas y, según Aristóteles, terminó por identificar las Ideas con números, identificación de la que sí tenemos constancia que realizaron los continuadores de la actividad platónica en la Academia.
Por lo que respecta a la relación entre las Ideas y las cosas expone Platón dos formas de relación: la imitación y la participación. La semejanza mutua que existe entre los objetos es el resultado de la imitación de un modelo que permanece él mismo inmutable; pero tal afirmación plantea, dice Parménides, un problema, si eso es así la semejanza que existe entre los objetos de la misma clase y el modelo que imitan deberá tener a su vez su razón explicativa en un tercer modelo al que imiten tanto la Idea como las cosas; y este argumento se podría repetir indefinidamente, ya que siempre necesitaríamos recurrir a un tercer modelo explicativo de las sucesivas semejanzas que van apareciendo (es el argumento conocido como el del "tercer hombre"). Si las cosas grandes son grandes por participar de una Forma de grandeza, sería necesario postular una nueva Forma de grandeza que abarque tanto a las cosas grandes como a la primera Forma postulada.
Si en lugar de imitación hablamos de participación, los problemas no desaparecen.  Si las cosas participan de toda la Idea tendría que haber tantas Ideas como cosas, lo que contradice la no multiplicidad de Ideas; si las cosas participarían sólo de una parte de la Idea, se contradice el principio de indivisibilidad de las Ideas. En el transcurso de la discusión Sócrates es incapaz de solucionar los problemas que le plantea Parménides, pero se resiste a abandonar la teoría de las Ideas.
No se debe pensar que la Idea de Grande sea algo grande pero más perfectamente grande que las cosas grandes; la Idea de Grande no es grande ni pequeña ni mediana, como la Idea de Rojo no es roja ni amarilla ni de ningún otro color; la Idea de Juventud no envejece, lo que envejece es el hombre joven. Y, sin embargo, una cosa es grande porque en ella se da la Idea de Grande, roja porque en ella se da la Idea de Rojo, y joven la de la Juventud. La relación que debemos suponer se da entre los particulares y el universal es una relación especial y tanto “participación” como “imitación” son inadecuadas metáforas de ella.

Otra cuestión que se discute es la de si existen Ideas de todas las cosas o sólo de los objetos nobles; Sócrates vuelve a reconocer lo absurdo que parece afirmar que existen Ideas de cosas como el pelo y cosas así, pero tampoco está dispuesto a renunciar a su teoría: parece que tiene que haber Ideas de todas las cosas.

En el Timeo, que uno de sus últimos diálogos, Platón dice que el universo es resultado del trabajo del demiurgo o dios artesano que construye el cosmos a partir de la materia eterna, tomando como modelo el mundo de las Ideas. La copia resulta defectuosa por la ciega necesidad propia de la materia. El demiurgo intenta construir el mejor mundo posible.

2 comentarios:

  1. he encontrado esto para el trabajo del cuadro . me puede servir?

    http://www.slideshare.net/rafael.mora/historia-de-la-filosofa-griega-periodo-ontologico-presentation

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