lunes, 21 de mayo de 2012

Trabajo en grupos. Enlaces.

Lo que siguen son enlaces a varias revistas telemáticas de filosofía. Tenéis que explorarlas y elegir un artículo, que deberéis a su vez citar convenientemente en el trabajo.

Revista Telemática de Filosofía del Derecho.

Cuaderno de materiales.

La Caverna de Platón

También podéis buscar vuestras propias fuentes en otras revistas online (se tendrá en cuenta cara a la nota).

lunes, 7 de mayo de 2012

Trabajo final (2). Índices orientativos.

Indíce orientativo tema 1:
La ética como disciplina filosófica que reflexiona sobre la moral o código normativo de conducta.
Teorías éticas. Aristóteles, Epicuro, Kant, Bentham, Mill, Scheller.
La prudencia como virtud.
El deber y la voluntad.
Axiología y valores.
Teorías de la justicia: Rawls y Nozick.

Índice orientativo tema 2:
El concepto de poder.
Nación, sociedad civil y Estado.
Ciudadanía y Estado.
Teorías sobre el origen de la sociedad política: naturalismo aristotélico, contractualismo (Hobbes, Locke, Rousseau) y neocontractualismo (Rawls, Nozick, Buchanan).
Soberanía y límites del Estado.
Legitimación y democracia.
Utopías y distopías sociales

Índice orientativo tema 3:
Las características del Estado de derecho y su relación con la democracia y las autocracias.
Los derechos humanos como fundamento de la democracia.
Teorías sobre la democracia: clásico –libera (Locke) , competitivo-elitista (Schumpeter), pluralista (Dahl), participativa (Macpherson), democracía mínima (Bobbio).
La democracia mediática: la importancia de los media y las tecnologías de la información y la comunicación en política.
La ciudadanía global y su exigencia de una democracia global.

Índice orientativo tema 4:
La génesis de la ciudadanía.
La ciudadanía moderna a la luz de las teorías contractualistas
La ciudadanía contemporánea entre la justicia y la solidaridad
La ciudadanía actual a la luz de los derechos humanos. 
Necesidad de una educación para la ciudadanía.

viernes, 4 de mayo de 2012

Trabajo final (1).

A modo de recordatorio, por que algunos de estos recursos ya los conocéis, os paso unos enlaces sobre cómo escribir un ensayo.

En cualquier caso os recuerdo que, como criterios formales mínimos, el trabajo debe tener su resumen en castellano y su abstract en inglés; sus palabras clave y las correspondientes key words; su índice si habéis subdividido en capítulos; las notas al pie o al final, da igual; las citas adecuadamente indicadas (en nota o entre paréntesis, lo que prefiráis) y la bibliografía final... Todo ello en condiciones, no de cualquier manera...

Van los enlaces:

1. http://ocw.usal.es/humanidades/historia-de-la-ciencia/contenidos/Como_escribir_un_ensayo_o_un_articulo_filosofico.pdf

2. http://www.papelenblanco.com/ensayo/como-se-escribe-un-ensayo-segun-benjamin-prado

3.  http://www.spanish.fau.edu/gamboa/ensayo.pdf

4. http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17148/2/documento2.pdf

5. http://antiguo.itson.mx/die/mdomitsu/herramientas%20didacticas/como%20realizar%20un%20ensayo.pdf

En sucesivas entradas se irán recordando (recordando, ¿eh?) las claves para la realización de estos trabajos en grupo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Presentación NIETZSCHE

NIETZSCHE: Lo Dionisíaco


Al libro Así habló Zaratustra le dio Nietzsche un subtítulo enigmático: Un libro para todos y para nadie. Es un autor poco sistemática, que recurre frecuentemente al aforismo y al poema para expresar sus ideas. Su estilo es realmente brillante y cautivador. Uno de los problemas que presenta es la carencia de un vocabulario técnico y bien definido, puesto que los términos fundamentales ("voluntad de poder", "nihilismo", etc.) escapan a toda definición y son utilizados con significados a veces contrapuestos. Más que razonamientos o deducciones, como Descartes y Kant, encontramos en sus obras intuiciones e ideas-relámpago. Provoca incluso algunas contradicciones, en un estilo violento y agresivo. Por eso no resulta fácil entender sus escritos (son «para nadie»). • DIONISO: El nacimiento de la tragedia, primera obra de Nietzsche, inspirada en Schopenhauer y dedicada a Wagner, se origina por la contraposición entre dos elementos del espíritu griego: lo dionisíaco y lo apolíneo. Dioniso era el dios griego del vino, la embriaguez y la vegetación. Su culto se introdujo tarde en Grecia pero se extendió muy rápidamente, sobre todo en el Ática (s. V-IV) y en Italia (s. II s.C.). Tenía otros nombres: Baco, Ditirambos, Zagreo... Los cultos dionisíacos consistían en orgías místicas, que permitían la unión con el dios por medio del «furor báquico». En el Ática se organizaban en primavera fiestas del vino, concursos de poesía ditirámbica y representaciones teatrales (p. ej., Las Bacantes, de Eurípides). Apolo era un dios del Olimpo, dios del sol, de la luz y de la claridad. Su santuario principal se encontraba en Delfos. — Nietzsche se inspiró en la obra de Schopenhauer El mundo como voluntad y representación, para establecer esta contraposición entre los dos dioses:    
Dioniso
Apolo
Noche, oscuridad
Día, luminosidad
Voluntad, irracionalidad
razón
cosa-en-sí 
apariencia, fenómeno
el uno primordial, impersonal
«principio de individuación»
embriaguez 
ensueño
dolor cósmico
alegría solar
En la tragedia
Música, danza
Palabra
coro (pueblo)
personajes (reyes)
  
Nietzsche piensa que en la tragedia griega lo fundamental es el coro dionisíaco, que a menudo se descarga en un mundo apolíneo de imágenes. Gracias a ese fondo dionisíaco el espectador rompe los lazos de su propia individualidad, se funde con los demás hombres y descubre la unidad suprema de todas las cosas. Se consigue así el «consuelo metafísico», totalmente ajeno a la negación budista de la voluntad:
«El consuelo metafísico [...] de que en el fondo de las cosas, y pese a toda mudanza de apariencias, la vida es indestructiblemente poderosa y placentera, ese consuelo aparece como corpórea vivencia, como coro de sátiros, como coro de seres naturales que, por decirlo así, viven inextinguiblemente por detrás de toda civilización, y que a pesar de todo el cambio de las generaciones y de la historia de los pueblos, permanecen eternamente los mismos» (El nacimiento de la tragedia, 7).
La tragedia griega comenzó a decaer en cuanto Eurípides trivializó los personajes y quitó importancia al coro. Con ello desaparecieron los elementos dionisíacos de la tragedia, y también los apolíneos. Sólo quedaban los elementos socráticos, y Nietzsche manifestaba una extraordinaria aversión hacia Sócrates, porque lo consideraba el gran adversario de Dioniso. Le llamaba el gran corruptor, porque con él triunfa «el hombre teórico» sobre «el hombre trágico» y se generaliza en la filosofía occidental el optimismo asociado con la ciencia. Nietzsche afirma que con Sócrates el diálogo platónico sustituye a la tragedia griega y se convierte en medicina universal (una medicina errónea, que envenena en vez de curar).
Lucha entre la concepción teórica y la consideración trágica del mundo. Gracias a la filosofía y a la música alemana (concretadas en las figuras de Schopenhauer y Wagner, respectivamente) vuelve a triunfar lo trágico-dionisíaco. Nietzsche conservará siempre esta predilección por lo dionisíaco, a pesar de su posterior ruptura con Wagner y Schopenhauer. El mismo personaje de Zaratustra tiene rasgos dionisíacos, aunque transfigurados.

• ZARATUSTRA: La segunda obra fundamental de Nietzsche es Así habló Zaratustra, y en ella aparece el mensaje central de su filosofía. Zaratustra fue un personaje que los griegos llamaban Zoroastro y que vivió entre los años 700-630/600 a.C. Tuvo una primera revelación religiosa a los treinta años y su doctrina se halla recogida en diecisiete cantos o poemas recopilados en el Avesta. Su mensaje es monoteísta (habla del dios santo Ahura Mazda [después se llamará Ormazd] o del «sabio Señor»). Su doctrina es dualista: habla de una lucha entre dos espíritus (los Manyu), uno del bien (Spenta Manyu) y otro del mal (Ahra Manyu o Ahrimán). En realidad se trata del enfrentamiento entre Ormazd y Ahrimán, junto con los espíritus subordinados a cada uno.
    Nietzsche sustituye a Dioniso por Zaratustra para eliminar de una vez para siempre todo consuelo metafísico. Lo hace porque Dioniso se identificaba demasiado con la metafísica de Schopenhauer, y Nietzsche en su tercera época rechaza toda metafísica. Sólo mantiene su teoría de los valores morales y renuncia a una «teoría del arte», porque simplemente prefiere hablar artísticamente, es decir, poéticamente. Escoge la figura de Zaratustra porque ve en él «al creador de la moral» (en línea con su contraposición entre bien-mal), una figura histórica capaz de superar la moral en sentido convencional porque está «más allá del bien y del mal». Para Nietzsche «... Zaratustra fue el primero en advertir que la auténtica rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal», y considera obra suya la transición de la moral a lo metafísico. Y Nietzsche sería la antítesis de Zaratustra, «la autosuperación de moral por veracidad, la autosuperación del moralista en su antítesis» (Ecce Homo).
    Pero en su afirmación de la vida y de la voluntad de vivir, en su decir «sí» al mundo, Zaratustra representa lo mismo que Dioniso: es Dioniso, pero despojado de la metafísica de Schopenhauer. Sus grandes enemigos son Sócrates, Platón y todo lo que ellos representan. Pero el peor enemigo, para Nietzsche, es la civilización cristiana. La lucha la resume en «Dioniso contra Sócrates», «Zaratustra contra el cristianismo». En otras palabras: «¿Se me ha comprendido? Dioniso contra el Crucificado».
    La obra Así habló Zaratustra se divide en un prólogo y cuatro partes. En el prólogo presenta «una antítesis del superhombre» y «el último hombre». En la primera parte desarrolla el tema del «superhombre» y «la muerte de Dios». La segunda parte se centra en «la voluntad de poder». En la tercera expone una de sus ideas fundamentales, la del «eterno retorno». La cuarta, sobre «los hombres superiores», apenas añade nada nuevo a las anteriores. Se trata de una obra sumamente compleja, llena de alegorías y metáforas. Su estilo la convierte en una joya de la literatura alemana. Contiene alusiones continuas a la Biblia, la gran antítesis del Zaratustra.
 

NIETZSCHE: Relación con otros autores y Actualidad.

Bajo la influencia de Wagner, Nietzsche escribió El nacimiento de la tragedia. Nietzsche coincidió con Wagner en que el verdadero arte, el único que estaba en armonía con la sociedad, era el arte griego, y que el mundo cristiano era el culpable del estado miserable en que se encuentra el hombre, porque el cristianismo es hostil a la vida.
Pero frente a este Wagner anticristiano se afirmó en Parsifal el Wagner redentor, al que Nietzsche repudió. Entonces, el melodrama prevaleció sobre la esencia dionisiaca de la música y, con él, los elementos, figurativo, pictórico y psicológico. Triunfó el «hombre teórico» del espíritu crítico y discursivo, y la música se transformó en mera diversión.
Esta estrecha relación entre Nietzsche y Wagner fue la causa de que se atribuyeran al filósofo planteamientos que él no compartió: la misión de la nueva ópera alemana de redimir al pueblo en cuanto comunidad mística y racial, dotada de un patrimonio inalterable, y rescatar la fuerza creadora de ese pueblo, de la que nacen la lengua y el Estado-comunidad. Fueron planteamientos que, más tarde, utilizaron los teóricos del nazismo.
A finales de siglo hicieron su aparición otras corrientes artísticas con intereses muy distintos a los del romanticismo. Así, la corriente realista y naturalista, interesada por la vida cotidiana y la realidad social, tuvo como representantes a Dickens en Inglaterra, Stendhal, Flaubert y Zola en Francia, Clarín y Galdós en España, y Gogol en Rusia.
Otros movimientos culturales como el impresionismo, el expresionismo, el simbolismo y los movimientos de vanguardia posteriores se inclinaron hacia la búsqueda de formas más libres, o también de una conciencia social.
En el pensamiento filosófico, después de Kant surge el idealismo absoluto de Hegel, para el que existe una única realidad que se rige por leyes del pensamiento, que se despliegan en la historia hacia la emancipación y la libertad. Nietzsche se opone a este idealismo, como también al pensamiento de la izquierda hegeliana de Feuerbach y Marx, ya que rechaza una realidad regida por leyes del pensamiento.
También se opuso al positivismo de Comte, pues aunque ambos criticaron la metafisica, lo hicieron desde perspectivas muy diferentes.
Nietzsche se enmarca en el vitalismo, que consideraba la vida como el valor esencial, y encontró en Schopenhauer muchos puntos de conexión. Schopenhauer (1788-1861) decía que el conocimiento racional está regido por la voluntad, que es la que hace que las cosas existan, unas a costa de otras, por el interés y la utilidad. Mientras que el conocimiento racional nos hunde cada vez más en un mundo que es combate y dolor, el arte nos puede liberar de él. La música es la forma más alta de comprensión de la esencia del mundo, que es la voluntad.
También dentro del vitalismo, Bergson reconoció la intuición como la única forma de acceder a la realidad, que es un fluir incesante.
Entre los presocráticos, podemos reconocer a los filósofos de la fysis como precursores de la idea de una realidad sensible que es devenir. También procede de aquellos primeros filósofos la idea de que la hostilidad y la contraposición de fuerzas opuestas constituye la esencia misma de lo real, como sostiene Heráclito.
Kant dividió la realidad entre fenómeno y noúmeno. Esta idea, que Nietzsche criticó, no le impidió aceptar de Kant la posibilidad de otro pensamiento distinto del teórico, cuando lo que cuenta no es la perspectiva científica del fenómeno sensible, sino las cosas en sí, según la decisión de una voluntad.
Schopenhauer fue el primero en plantear la idea de que lo único que verdaderamente cuenta es la voluntad como realidad esencial del mundo. A través de él, también lo afirmó Nietzsche. Schopenhauer consideró que la voluntad consiste en querer vivir y, como la conciencia racional nos muestra lo incompleta y temporal que es la vida, nos descubre el dolor de vivir. Pero la vida ascética puede hacernos renunciar a los deseos y evitar el sufrimiento. También el arte nos libera del dolor permitiéndonos la comprensión de la vida como una repetición del presente.
Nietzsche rechaza de Schopenhauer las promesas de liberación y consuelo que proceden de la vida ascética y del arte. Nietzsche convirtió el pesimismo de Schopenhauer en un optimismo metafisico que encontró su expresión en el ideal de hombre afirmador del mundo: el superhombre. Este hombre no sólo ha aprendido a aceptar y soportar lo que era y es, sino que quiere volver a tenerlo en un eterno retorno.
La filosofía de Nietzsche repercutió en la filosofía española del siglo xx, especialmente en Unamuno y en Ortega.
Unamuno partía de la realidad existencial del individuo, entendiéndola como contradicción entre razón, por un lado, y sentimiento y voluntad, por otro. Consideraba que la realidad, como la vida, era una lucha permanente entre la razón y el sentimiento, y que podemos aceptarlo y alcanzar una vida auténtica, aunque trágica, o rechazarlo, viviendo una existencia trivial.
También considera Unamuno la idea de una realidad intemporal, la intrahistoria, frente a una realidad temporal, la historia, que nos muestra nuestras limitaciones como seres finitos. El sentimiento trágico de la vida se produce cuando el ser humano toma conciencia de su ser limitado.
En cuanto a Ortega y Gasset, considera la vida como la realidad radical, como el conjunto de actos que van constituyendo nuestras vivencias y como un quehacer permanente de proyecto de futuro. La razón debe entenderse como una función de la vida y constituirse en razón vital. Ortega llama a su filosofía raciovitalismo. Por otra parte, el conocimiento es perspectiva, pues la realidad no puede ser contemplada sino desde el punto de vista de cada uno.
Respecto a la filosofía actual, es importante la influencia que ha tenido Nietzsche en la hermenéutica, cuando afirma que la realidad es interpretación y creación, y que el lenguaje es el lugar privilegiado en el que tiene lugar esa creación y recreación. Así, Paul Ricoeur dice que es necesario llevar a cabo una restauración progresiva de los símbolos que contiene el lenguaje y liberarlos de sus significaciones ideológicas, pues sólo interpretando el lenguaje podemos descubrir la realidad.

NIETZSCHE: MATERIALES PARA EL CONTEXTO

NIETZSCHE: MATERIALES PARA EL CONTEXTO

1. Contexto histórico, cultural y filosófico
En el siglo XIX se extienden por Europa la revolución industrial (surgida
en Inglaterra en el XVIII) y las revoluciones liberales-burguesas (cuyos
antecedentes son la independencia de Norteamérica respecto a Inglaterra, y la
Revolución Francesa). Consecuencia de todo ello es que la sociedad estamental
es sustituida por la sociedad de clases, representada por la burguesía capitalista
e industrial y defensora de un liberalismo político y económico, y por el
proletariado, que va tomando conciencia de su miserable situación e iniciando el
movimiento obrero, en el que de tuvo un papel destacado Carlos Marx.
Además, la ideología nacionalista y las propias necesidades de la
revolución industrial dan un impulso definitivo a la unidad alemana e italiana.
Los movimientos culturales más importantes del siglo XIX son el
romanticismo, en la primera mitad del siglo, y el positivismo, en la segunda
mitad. El romanticismo es en gran medida un movimiento anti-ilustrado, que tiene
como precursor alemán a Goethe. Sus características principales son la
exaltación de lo pasional y el sentimiento frente al racionalismo ilustrado y la
revalorización de la tradición frente al progreso en el futuro. Escritores que se
movieron en la órbita romántica fueron: Víctor Hugo (francés), Lord Byron
(inglés), Goethe (alemán), Larra y Espronceda (españoles). Músicos románticos
fueron Wagner y Chopin entre otros.
Por positivismo suele entenderse aquella actitud que considera que la
ciencia y la filosofía deben limitarse al análisis de los hechos de experiencia,
estableciendo entre ellos relaciones y leyes. Esto implica una renuncia a conocer
qué es la realidad, qué son, en esencia las cosas. Al ser la metafísica la materia
que trata del ser de las cosas, el positivismo implica una actitud antimetafísica.
En el terreno filosófico destaca el idealismo alemán en la primera mitad del
XIX, cuyo mayor representante es Hegel, y la reacción a Hegel en la segunda
mitad Tras Hegel (quien concibe la totalidad de lo real como sujeto), tenemos a los
antihegelianos, entre los que se puede nombrar a Schopenhauer, cuya obra El
mundo como voluntad y representación tuvo una fuerte influencia en nuestro
autor. También hay críticos de Hegel que, sin embargo, lo siguen en algunos
aspectos fundamentales, por ejemplo Marx.
A finales del XIX y principios del XX surge el vitalismo, corriente en la que
se incluyen autores muy dispares reivindicando la vida como la realidad primera y
radical a la que todo lo demás debe subordinarse. Como el concepto vida puede
entenderse en sentidos muy diversos -biológico, histórico, biográfico, metafísico...-
aparecen agrupados bajo el nombre genérico de vitalismo autores tan dispares
como Bergson, Nietzsche, Ortega....
El autor de este texto. Friedrich W. Nietzsche (1844-1900), fue alemán, hijo
y nieto de pastor protestante. Estudió filología y teología. Desde joven fue un
entusiasta de la filosofía de Schopenhauer y de la música de Wagner. A los 25
años llegó a ser catedrático de filología clásica en Basilea.
Podemos señalar tres etapas en su obra:
a. Estética o romántica: con clara influencia de Schopenhauer y Wagner, y
de inspiración heraclitiana. En 1872 publica El nacimiento de la tragedia
en el espíritu de la música;
b. Ilustrada o positivista: Tras romper con Wagner y abandonar la filosofía
de Schopenhauer, se inspira en Voltaire y los ilustrados, adoptando una
actitud positivista para criticar la metafísica. Humano, demasiado
humano (1875-78); Aurora (1881); La gaya ciencia (1882).
c. Profética o de madurez: Su pensamiento inicia una crítica feroz a la
modernidad y a la moral tradicional. Así habló Zaratustra (1883-1885);
Más allá del bien y del mal (1886); La genealogía de la moral (1887); El
crepúsculo de los ídolos, obra a la que pertenece el texto, El anticristo y
Ecce homo (1889). Este mismo año sufre un colapso mental que le hará
depender de los cuidados de su madre primero y de los de su hermana
más tarde. Muere diez años después de apoplejía (parálisis cerebral por
derrame). En 1901 se publican un conjunto de apuntes y escritos suyos
bajo el título de La voluntad de poder.

2. La importancia de Nietzsche
Dice Savater en Idea de Nietzsche: “Lo que siempre me ha interesado de
Nietzsche es su carácter dinamizador (y no sólo dinamitador como él irónicamente
apuntó), su peculiarísima utilidad como vitamina intelectual. Me parece evidente
que no puede uno alimentarse sólo de Nietzsche, pero el pensamiento
contemporáneo que le ignora o le rechaza padece irremediablemente anemia.
Abundan los ejemplos en nuestro entorno, como tampoco faltan los intoxicados
por nietzscheanismo consumido en dosis masivas... o en mal estado: sin mirarle la
fecha de caducidad”. Y continua más adelante reconociendo que aunque su
imagen de Nietzsche se ha modificado con el tiempo, hay sin embargo aspectos
de este autor que le siguen pareciendo fundamentales: “su condición de heredero
y radicalizador crítico de la Ilustración, pero no en modo alguno de anti-ilustrado, y
su hincapié indomable en el goce de lo afirmativo y en la afirmación del goce.
Estas dos son las claves de mi idea de Nietzsche, de la que tuve a los veinte años
y de la que tengo ahora, de la que a lo largo de todo este tiempo ha tonificado mi
vida intelectual”.
La imagen de Nietzsche ha ido cambiando: a principios del siglo XX
aparecía como el diagnosticador genial de la decadencia cultural, descubridor del
resentimiento. Más recientemente, se aplica a él su refinada psicología del
desenmascaramiento (del ideal de perfección dirá que no es en el fondo más que
el deseo de poder despreciar a los demás). Fue un hombre que sufrió
profundamente, que sintió un odio salvaje por el cristianismo y la metafísica, tal
vez porque nunca pudo desembarazarse del todo de ellos. Hay en él apología de
la vida salvaje, fuerte y poderosa, de la salud robusta, tal vez por la necesidad de
abstención del enfermo.
Hay que reconocer su ingenio agudo en su interpretación de las cosas. Su
estilo no sistemático, sino aforístico, su gusto por las imágenes más que por los
conceptos atrae, seduce, cautiva, pero también hace que se le interprete de
múltiples maneras.
Eugen Fink, en su obra La filosofía de Nietzsche reconoce que es más
grande como incitador, como “precursor” de un camino futuro de la filosofía, que
como pensador que trabaje el concepto. Da la vuelta a la metafísica, poniéndola
cabeza abajo. Pero su ataque lo hace con medios insuficientes, en el sentido de
que le falta el lenguaje para ello, ya que el lenguaje como él mismo dice es
metafísico.