domingo, 4 de marzo de 2012

Al hilo de "El nombre de la rosa"

    Lee los dos diálogos que se reproducen a continuación.

    1. Guillermo – A nadie debería prohibírsele consultar estos libros con toda libertad.
Adso - ¡Tal vez se los considera demasiado preciosos, demasiado frágiles!
Guillermo – No, no es por eso, Adso. Es porque, a menudo, contienen un juicio diferente al nuestro, e ideas que podrían llevarnos a dudar de la infalibilidad emanada de Dios. ¡Y la duda, Adso, es enemiga de la fe!

    1. Guillermo - ¿Pero qué es lo alarmante de la risa?
Jorge – La risa mata el miedo y sin miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios.
Guillermo - ¡Pero no eliminaréis la risa eliminando este libro!
Jorge – No, desde luego, la risa seguirá siendo la diversión del hombre sencillo ¿Pero qué ocurrirá si por culpa de este libro los hombres doctos declaran que es permisible reírse de todas las cosas? ¿Podemos reírnos de Dios? El mundo desembocaría en el caos. Por eso voy a sellar lo queno debe ser dicho, y me convierto en su tumba.
¿Cómo intervendrías tú en esas conversaciones? ¿Cuál sería tu opinión?
¿Crees que el conocimiento nos hace más libres? ¿Y la risa?

¿Te parece adecuada la definición del ser humano “como el animal que ríe”? ¿Qué crees que se quiere decir con ella?
¿Por qué crees que, para nosotros y nosotras, hoy, puede ser importante la duda?