miércoles, 16 de noviembre de 2011

Introducción Tomás de Aquino

  1. El predominio de la corriente platónico-agustiniana (siglos VI-XIII):

En los primeros siglos de la Edad Media predomina un pensamiento de sesgo platonizante, con diversas aportaciones e influencias, entre las que destaca por su importancia la obra de Agustín de Hipona. Sus ideas originan una corriente denominada “agustinismo medieval”, que recibirá posteriormente influencias del filósofo árabe Avicena (S. X-XI). En la corriente platónico-agustiniana destacan los nombres de San Anselmo (siglo XI) y San Buenaventura (siglo XIII).

  1. La recepción del aristotelismo en Occidente:

Hasta el siglo XIII, predominio absoluto del pensamiento platónico en Europa, por influencia, sobre todo, de Agustín de Hipona, las escuelas agustinianas y el Pseudo-Dionisio Areopagita. El desconocimiento de la obra de Aristóteles era prácticamente total, sólo se conocían partes de la Lógica por los comentarios de Boecio (V-VI), pero nada de la Física, la Metafísica.
La aparición y expansión del Islam a partir de la predicación de Mahoma (siglo VII) constituye un factor esencial en la historia de la Edad Media, también en los ámbitos de la cultura y del pensamiento. Durante sus conquistas, los árabes tomaron contacto con los últimos reductos de la cultura griega en Siria, donde algunos intelectuales cristianos habían traducido al sirio textos originales de filósofos griegos. Tanto del sirio como del griego, se traducen al árabe obras originales y comentarios de Aristóteles, surgiendo una especie de filosofía árabe-aristotélica  con claros residuos platónicos. Avicena (siglo X) fue el máximo representante de este aristotelismo árabe platonizado.
En el siglo XIII, Aristóteles se pone de moda y abundan sus traducciones y comentarios, a pesar de la resistencia que oponen la jerarquía católica y los platónicos. No obstante, Tomás de Aquino intentó asimilarlo y construir un sistema que armonizará cristianismo aristotelismo.
Cobró fuerza el averroísmo latino, corriente intelectual que reclamaba la autonomía de la razón frente a la fe.

Averroes (siglo XII) escribe los primeros comentarios a obras de Aristóteles sin adherencias platónicas. Fue el primer ejemplo de aristotelismo puro.
A través de los árabes se despertó en Occidente la curiosidad por el aristotelismo. En el s. XII se traducen directamente del griego al latín las obras de Aristóteles y también las obras y comentarios de los filósofos árabes.

  1. El averroísmo latino

S. XIII: La universidad de París es el centro intelectual de Europa. Existía una gran expectación ante la llegada de la versión íntegra de la obra aristotélica y los comentarios de Averroes – aristotelismo puro -. Surgió así  el averroísmo latino.
Tesis:
a.       El mundo es eterno (en evidente contradicción con la doctrina creacionista cristiana). Según Aristóteles, Dios es el motor inmóvil que mueve eternamente un mundo también eterno. Dios ni siquiera conoce el mundo (a diferencia del Demiurgo platónico).


b.      El alma individual de cada hombre no es inmortal, sino corruptible y perecedera. Sólo el entendimiento, común a todos los hombres, es inmortal. Y negar la inmortalidad del alma supone tirar por tierra toda la doctrina cristiana de la salvación.
c.       Existen dos verdades: la teológica -fe- y la filosófica –razón-. De este modo podían conciliarse tesis opuestas sobre el alma, p.ej.: una es verdad desde la fe, y otra lo es desde la razón.

Los representantes de esta corriente fueron condenados por la jerarquía y expulsados de la universidad de París (Sigerio de Bravante condenado a cadena perpetua).

  1. El aristotelismo de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino rechazó, como es lógico, las tres tesis averroístas:
    1. Respecto a la eternidad del mundo, se movió entre dos aguas y sostuvo que el sistema aristotélico no implicaba necesariamente la eternidad del mundo ni el concepto cristiano de creación excluía la posibilidad de que el mundo fuera eterno: puede ser eterno y creado.
    2. Respecto a la inmortalidad del alma, Tomás entendió que el entendimiento inmortal del que Aristóteles habló no es único para todos los hombres, sino que se trataba de la facultad superior del alma, y ésta es inmortal.
    3. Y en cuanto a la doble verdad. Resultaba innecesaria una vez solucionados los problemas que planteaban las dos tesis anteriores. Pero la criticó por considerarla inadmisible.
Aunque Tomás se distanció de los averroístas en sus tesis contrarias a la fe cristiana, mantuvo una actitud favorable hacia la filosofía aristotélica.
Estaba convencido de que la filosofía aristotélica era enteramente compatible con la fe cristiana y que, además, ofrecía una interpretación de la realidad aceptable por sí misma y valiosa, aunque en el fondo de su sistema permanezcan presupuestos platónicos fundamentales.

  1. Tesis fundamentales sobre la realidad y la naturaleza

Tomás de Aquino asume muchas tesis aristotélicas:

    1. Teoría aristotélica del movimiento: se define el movimiento como “paso de potencia a acto”, siempre por la acción de algo que ya esté en acto. Dos tipos de movimiento: cambio sustancial –generación y corrupción- y cambio accidental –cualitativo, cuantitativo y local-.

    1. Composición hilemórfica de las sustancias naturales: todo objeto natural está compuesto de materia y forma.


    1. Distinción entre sustancia y accidentes.

    1. Teoría de las cuatro causas: material, formal, eficiente y final


  1. Doctrina teológica de Tomás de Aquino

    1. Tomás acepta la demostración aristotélica de la existencia de Dios basándose en el movimiento, entendido como paso de potencia a acto (1ª vía). Por tanto, Tomás parte del conocimiento sobre el universo que nos proporciona la experiencia sensible, de lo contingente –no ideas inmutables o introspección, como en S. Agustín-.

    1. Define a Dios con categorías aristotélicas : acto puro, sin ningún tipo de potencia. La inmutabilidad se define en función del grado de actualidad, entendido el movimiento como paso de potencia a acto. Dios ha de ser inmutable porque es acto sin potencia. Será también perfecto porque la imperfección se debe sólo al grado de potencialidad existente. Acepta también la definición aristotélica de Dios como puro acto de pensamiento.

    1. Aquino corrige el aristotelismo en un punto: Aristóteles sostenía que la vida y felicidad de Dios consiste en conocerse a sí mismo, y puesto que es autosuficiente no conoce fuera nada de él. Aristóteles sostuvo que Dios no creó el mundo sino que éste es eterno: Dios sólo es el principio del origen del movimiento del Universo y el fin hacia el que el mundo se orienta. Pero Tomás de Aquino afirma que, de acuerdo con el cristianismo,  Dios creó el mundo. Por tanto, Dios conoce el mundo, y lo hace al tiempo que se conoce a sí mismo. Acepta, pues, que la actividad de Dios consiste en conocerse a sí mismo.


CONSECUENCIAS IMPORTANTES:

  1. La filosofía ha de construirse de abajo a arriba, a partir de experiencias sensitivas.
  2. El conocimiento que podamos alcanzar de Dios será muy imperfecto, limitado y analógico, a partir de comparaciones con otras realidades limitadas e imperfectas por necesidad, cuyas causas y accidentes conocemos.
  3. El conocimiento natural acerca de Dios, del hombre y del universo tiene unos límites que la razón no puede sobrepasar, y en los que flaquea cuando se aproxima a la frontera.
  4. La fe cristiana, no obstante, puede aportar nociones acerca de la naturaleza de Dios y acerca del destino del hombre traspasando las fronteras de la razón. Son elementos añadidos por revelación a la razón humana, que no vienen a anularla sino a perfeccionarla / orientarla, lo mismo que el orden sobrenatural no anula sino que perfecciona el orden natural. No tienen porque entrar en conflicto.

Contenidos de la razón y la fe:

    1. Fe y razón tienen cada una elementos propios y diferenciadores, pero existen verdades compartidas por las dos facultades. Por tanto, son dos conjuntos con una zona de intersección. Ej.: que el mundo es creado y el alma inmortal puede ser fundamentado racionalmente y argumentado desde la fe.

    1. Interpretaciones sobre la existencia de contenidos comunes:
                                                               i.      A veces, conviene que ciertas verdades racionales sean impuestas y conocidas mediante la fe, porque muchos hombres no tendrían tiempo ni oportunidad, sin ayuda de la fe, para acceder a tales verdades,
                                                             ii.      Como la razón fácilmente cae en el error, al fe nos proporciona una seguridad adicional en aquellas verdades que nos hagan dudar.
                                                            iii.      La existencia  de verdades comunes a la fe y la razón pone de manifiesto que la distinción entre ambas no puede hacerse por sus contenidos, sino por la forma de acceso a los mismos: mientras la teología toma sus contenidos de la fe, la filosofía accede a los suyos por la razón.

·        ¿Qué ayuda presta la razón a la fe?

Aunque las dos fuentes son autónomas e independientes, la razón presta una valiosa –insustituible- ayuda a la fe, sobre todo a la hora de hacer de la teología una ciencia:
a.       La razón aporta procedimientos para la organización sistemática y científica de los conocimientos y afirmaciones
b.      Aporta herramientas dialécticas, argumentativas y retóricas, para refutar las afirmaciones contrarias a la fe. Ej.: no puede demostrarse que el mundo ha sido creado, pero tampoco lo contrario.
c.       Aporta datos científicos y hallazgos teóricos útiles para el esclarecimiento de las ideas menos firmes de la fe.

·        ¿Cómo puede ser la fe una aliada de la razón?

Si la fe contiene verdades indubitables comunes a la razón, entonces:

1.      la fe sirve a la razón de norma o criterio extrínseco de verdad o objetividad. Si la razón llega a conclusiones totalmente contrarias a la fe, seguramente, estará basada en premisas falsas o habrá algún paso erróneo en el razonamiento. La fe hace, pues, una invitación a corregir posibles errores.
2.      La fe es un criterio extrínseco porque tiene otra fuente de conocimiento distinta a la razón, y el filósofo no debe basarse en ella como norma.
3.      Por tanto, Aquino mantiene una actitud moderadamente optimista hacia la razón. Pero la autonomía concedida a la razón es límitada.

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