Como veo que cuesta el paso de la disertación al ensayo breve y que vuestras dudas no se refieren sólo a qué tema afrontar sino cómo hacerlo me ha parecido prudente apuntar una serie de cuestiones sobre los textos expositivos y argumentativos.
Lo que señalo a continuación no son cosas de otro mundo, antes al contrario, son ideas que os deben sonar. En cualquier libro de Lengua castellana y literatura (por ejemplo de 2º de ESO) o del Ámbito Socio-Lingüístico de los Programas de Diversificación Curricular; podéis encontrar algunas páginas dedicadas a ello.
Igualmente son orientaciones que aparecen en las fotocopias que os pasé sobre el texto argumentativo, antes de hacer la citada disertación.
¿Qué es lo que tenemos delante? El reto de construir un texto, un ensayo, de entre cinco y quince páginas, que nos permita ganar el concurso de la SFRM o lograr un sobresaliente en esta segunda evaluación.
¿Y eso en qué consiste? En expresar por escrito una serie de ideas, conocimientos, opiniones,... incluso dudas, llegado el caso; sobre un determinado tema. Es, pues, un proceso de comunicación que, a ser posible, debe transmitir lo que queremos de forma clara y ordenada.
Por aquello de empezar por algún lado, lo primero que hay que hacer es elegir el tema. Ya hemos visto varias posibilidades (en clase, en entradas anteriores de este blog, a través de tuenti,...) y podemos ver otras más.
En segundo lugar es necesario documentarse, buscar información para aportar datos sobre el tema e cuestión e ir modelando nuestra postura al respecto. Conviene que las fuentes sean diversas, no sólo por lo que hace al formato (artículos, libros, enciclopedias,... dentro y fuera de la red) sino a la perspectiva desde la que están escritas (y así poder comparar argumentos distintos).
No olvidéis que se debe citar esas fuentes, en bibliografía y en notas (a pie de página o finales), adecuadamente.
No hace falta esperar a documentarse del todo para esbozar un guión, mental o escrito. Tampoco para ir escribiendo algunas cosas que nos puedan sugerir las lecturas o que nos puedan venir a la cabeza. Para corregirnos, adaptar la idea previa, desechar algunos hallazgos, etcétera; siempre estamos a tiempo. Eso sí, conviene tener una idea clara de lo que se quiere hacer. De lo contrario se corre el riesgo de divagar, perderse en rodeos, expresarse de forma liosa, repetitiva o desordenada y de no encontrar la manera de terminar.
Por lo que hace al lenguaje, suele recomendarse utilizar un vocabulario preciso, que nos permita huir de la ambigüedad y evitar que se nos malinterprete. También suele insistirse en el uso de la tercera persona y de oraciones impersonales. Y además de estas últimas, suele haber un uso de oraciones enunciativas. Poco más o menos todo lo contrario de lo que yo estoy haciendo en esta entrada. En parte por que también se acepta que esa tercera persona es más propia de la exposición a secas, mientras que la argumentación puede hacerse en primera persona (singular o plural). Es cuestión de gustos, aunque no sólo.
En la medida en que exponemos y argumentamos en un mismo documento, hemos de intentar que el texto resultante mantenga cierto equilibrio.
Así, siguiendo un orden clásico, cabe empezar por una introducción, en la que se presente el tema recogiendo una visión general del mismo e incluso adelantando la idea principal que se va a defender.
Después seguimos con el desarrollo, exponiendo las ideas principales de forma ordenada, ayudándonos de ejemplos, datos, citas,... aportando argumentos a favor o en contra (si podemos rebatirlos) de la idea que defendemos, sean propios o ajenos (de autoridad, se llaman... y hay que citar, no plagiar sin más), es decir, razonando nuestra posición.
Y terminamos por el final (casi) que es la conclusión. En ella no sólo se resumen y valoran las ideas expuestas sino que de la síntesis de los argumentos utilizados debe surgir una postura (una tesis, si queréis) clara y comprensible.
Decía lo de casi por que después de la conclusión debe ir la bibliografía y antes de esta, si no han ido al pie de cada página, las notas. Caso de precisar un índice lo mejor es ponerlo en la segunda página. En la primera sólo el título y el seudónimo (si va al concurso) o el nombre (por que si no sé quién sois no puedo poneros la nota).
Os recuerdo que, al tratarse de un proceso, los borradores importan. Insisto también en la importancia de intercambiar pareceres y dudas, ya sea en clase o a través del chat o la mensajería del tuenti. Y después de las trece disertaciones casi iguales que me leí en la primera evaluación no debería hacer falta recordar lo de la originalidad ¿Verdad?.
Pues ale. A seguir trabajando que queda poco más de un mes.
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