CONTEXTUALIZACION FILOSOFICA
Hasta el siglo XIII, predominaba el pensamiento platónico en Europa, por influencia sobre todo de san Agustín. El desconocimiento de la obra de Aristóteles era prácticamente total. Sólo se conocían partes de la Lógica por los comentarios de Boecio (V-VI). Hacia 1140 los maestros y estudiantes de las escuelas de París se habían habituado a hablar de una logica nova, basada en todo el Organon de Aristóteles, y de una logica vetus, aquella que durante siglos se enseñó con el respaldo precario de sus dos primeros libros y los escritos complementarios de Boecio.
Durante sus conquistas, los árabes tomaron contacto con los últimos reductos de la cultura griega en Siria, donde algunos intelectuales cristianos habían traducido al sirio textos originales de filósofos griegos. Tanto del sirio como del griego, se traducen al árabe obras originales y comentarios de Aristóteles, surgiendo una especie de filosofía árabe-aristotélica con residuos platónico. Avicena (s. X) fue el máximo representante de este aristotelismo árabe platonizado. Averroes (XII) Fue el primer ejemplo de aristotelismo puro. Escribe los primeros comentarios a obras de Aristóteles sin adherencias platónicas. A través de los árabes se despertó en Occidente la curiosidad por el aristotelismo. En el s. XII se traducen directamente del griego al latín las obras de Aristóteles. Surgió así el averroísmo latino.
Tesis:
a. El mundo es eterno (en evidente contradicción con la doctrina creacionista cristiana). Según Aristóteles, Dios es el motor inmóvil que mueve eternamente un mundo también eterno. Dios ni siquiera conoce el mundo (a diferencia del demiurgo platónico).
b. El alma individual de cada hombre no es inmortal, sino corruptible y perecedera. Sólo el entendimiento agente, común a todos los hombres, es inmortal. Y negar la inmortalidad del alma supone rechazar toda la doctrina cristiana de la salvación.
c. Existen dos verdades: la teológica -fe- y la filosófica -razón-. De este modo podían conciliarse tesis opuestas sobre el alma.
Los representantes de esta corriente fueron condenados por la jerarquía y expulsados de la universidad de París (Sigerio de Brabante fue condenado a cadena perpetua).
Los medievales quedaron deslumbrados por la ciencia aristotélica. El conjunto rigurosamente ordenado de razonamientos, basados en la demostración silogística, se consideraba como la forma suprema del saber humano. A franciscanos y dominicos se les había dado la misión de hacer posible la unidad de fe y razón, para lo cual era indispensable alterar el pensamiento de Aristóteles. Los dominicos asimilaron plenamente el nuevo ideal de la ciencia, y afirmaron que la teología revelada era ciencia en el sentido aristotélico del término, pues de otro modo no podría ser colocada en la cúspide del saber humano. Los franciscanos, en cambio, respaldados por la tradición teológica agustiniana, se opusieron firmemente a la sustitución de la sabiduría por la ciencia en la comprensión de la teología revelada.
En 1277, Esteban Tempier, obispo de París, condenó como heréticas un total de 219 proposiciones, entre las que se contaban, junto a las propiamente averroístas y aristotélicas, otras debidas a santo Tomás. La condena, al menos parcial, del pensamiento tomista raramente se acató. Los más favorables a hacerlo fueron sin duda los franciscanos, que llegaron a desaconsejar públicamente el uso de la "Summa Theologica". En cambio los dominicos pusieron muy pronto en cuestión la condena de 1277. El levantamiento de dicha condena se consiguió al fin en 1323, coincidiendo con la canonización por Juan XXII de santo Tomás.
En el siglo XIV se desconfía de las grandes síntesis teológicas del siglo XIII. Las limitaciones del poder de la razón frente a la revelación, que ya aparecen en santo Tomás, se acentúan. No es aconsejable recurrir a la razón para fundamentar el dogma. La separación entre razón y fe es paralela a la separación entre la Iglesia y el Estado.
El nominalismo de Guillermo de Okham es la base de esta separación. Se parte del individuo, no hay esencias distintas de los individuos. No es necesario el entendimiento agente, no hay intermediarios entre el sujeto y el objeto, ni entre Dios y las criaturas. El objeto conocido se relaciona directamente con nuestra facultad de conocer. Toda existencia depende de la voluntad absoluta de Dios. Dios crea el mundo con absoluta libertad. Si las esencias dependen de las ideas eternas se niega la libertad de Dios. Dios no crea las cosas porque son buenas, son buenas porque El las crea.
La teología debe entender a Dios tal como se ha revelado. La teología debe ser autosuficiente, no tiene que recurrir a la filosofía. La razón tiene como misión explicar el mundo. Para conocer el mundo debemos recurrir a la experiencia, pues Dios lo ha creado con absoluta libertad. Las pruebas de la existencia de Dios carecen de valor demostrativo, sólo son argumentos probables. Pues el principio de causalidad y la imposibilidad de una serie infinita de causas no son evidentes. Además aunque se pudiera probar la existencia de un motor inmóvil, no es seguro que ese motor sea único ni que coincida con Dios. Tampoco se pueden probar racionalmente los atributos divinos. En Dios no hay entendimiento o voluntad, sólo son nombres que damos a la esencia divina partiendo de sus efectos.
La ética queda desvinculada de cualquier principio racional, como la ley natural. Todos los preceptos morales dependen de la voluntad divina. Un acto es malo simplemente porque Dios lo prohíbe. Dios podía haber creado un orden moral en el que el robo, el crimen y el mismo odio a Dios hubieran sido actos meritorios.
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